miércoles, 5 de agosto de 2015

RESUMEN FINAL

Ya han pasado unas semanas desde que regresáramos de Japón y diéramos por concluido nuestro gran viaje de este año 2015. Nos gustaría también dar por cerrado el blog con una recapitulación de aquellos aspectos que consideramos más significativos, y que esperamos sirvan de ayuda a cualquiera de vosotros que esté pensando en emprender un viaje a estas tierras, algo más que recomendable.

PRIMERAS IMPRESIONES
Nos resulta difícil saber por dónde empezar. Susana define su viaje con la palabra ‘silencio’. Roberto lo hace con la palabra ‘respeto’. De hecho, ambos conceptos están relacionados entre sí. El choque cultural que supone el contacto con el pueblo nipón es palpable desde un principio. Un pueblo con mucha historia, una historia forjada desde la disciplina, la educación, el respeto, la limpieza… Vamos a intentar explicarlo.

El silencio japonés. Los japoneses son extremadamente silenciosos. El gusto por el silencio les lleva al extremo de que en lugares como el metro o los trenes está prohibido utilizar el teléfono móvil para llamar. Además, estás obligado a ponerlo en modo silencio. En los 17 días de viaje, no hemos escuchado ni un solo ‘ring’ ! Esto no quita que mucha gente esté jugando, chateando o lo que sea con sus smartphones, pero todos con auriculares.

Es un país en el que decenas de millones de personas pueden apelotonarse en ciudades super pobladas sin perder la calma. Mientras se explora Japón, a menudo uno se asombra de cómo los japoneses hacen las cosas y, quizá, con la misma frecuencia, por qué no hacemos lo mismo en el resto del planeta.

Su famosa meticulosidad y su sentido de la urbanidad. Este mismo espíritu es el que convierte un viaje a Japón en una experiencia tan fascinante. Hospitalidad en estado puro. Es alucinante lo confortable que te hacen sentir. Siempre con una sonrisa y dispuestos a ayudar, no existe el concepto de “timar al turista”. Eso sí, debemos tener en cuenta el peligro de que a la vuelta nuestra ciudad nos parezca antipática y maleducada. Si les preguntábamos cualquier cosa, como una dirección, se desvivían por mostrarnos el camino, hasta el punto de abandonar sus obligaciones.

Japón es un país en el que prima el respeto. Respeto a la Naturaleza. Respeto a las personas.
¿Sabíais que la norma general en las grandes ciudades es “no fumar mientras caminas”. Suele haber áreas habilitadas con ceniceros al aire libre, los llamados smoking points, de forma que la costumbre es detenerse en estas zonas para hacer efectivo este 'vicio' (y damos fe de que fuman un montón).
Sin embargo, una cosa curiosa es que en la mayoría de izakayas o bares japoneses se puede fumar y que ciertos vagones de los Shinkansen o trenes bala en los que nos hemos estado moviendo por el país, están reservados para los fumadores. Incluso en los hoteles, hay habitaciones dedicadas a los fumadores.
 
¿Cómo se explica todo esto? Para entenderlo, es necesario previamente comprender algunos de los valores por los que se rige la sociedad japonesa y su cultura. En Japón, la calle es un espacio de la comunidad, un espacio público, y por lo tanto debe ser respetado. No se debe ensuciar arrojando basura al suelo o fumando, por eso el suelo en las calles de las ciudades japonesas está completamente impoluto. Por el contrario, un restaurante se considera un espacio completamente privado e íntimo, por lo tanto está regido por las normas que imponga el dueño del local.

Y si os preguntáis si la causa es una limpieza eficaz o el civismo nipón, lo descubriréis el primer día: la educación. Hay poquísimas papeleras, apenas se ven barrenderos y sin embargo el espacio público está inmaculado. Es por esto por lo que comentábamos que la limpieza y el respeto van de la mano. ¿Os podéis creer que el mayor problema con el que nos hemos encontrado en este viaje ha sido dónde tirar un papel o el vaso de un café? Y es que las papeleras en las calles son muy escasas en Japón. Tras mucho investigar, nos dimos cuenta de que casi siempre hay una papelera junto a las máquinas de vending. Tienen un agujero por donde se puede tirar la botella de plástico o la lata vacía, pero no permite tirar otro tipo de objetos que no quepan por el agujero (desde aquí le pedimos perdón a las autoridades japonesas por haber metido de todo por estos agujeros!)

Sigamos con el respeto. ¿Sabéis por qué es tan habitual ver a los los japoneses con mascarillas? En Japón, al contrario que en España, se es muy considerado con el vecino; a grandes rasgos, los japoneses con gripe no quieren ir lanzando microbios a diestro y siniestro por ahí, en el metro o por la calle, es por eso que se ponen una mascarilla. Otro de los motivos, es la higiene: el que no está infectado de un virus tampoco quiere cogerlo, así que se pone su mascarilla y sale escudado a la calle. Nosotros no estamos acostumbrados a ser así de cuidadosos. Cuando estamos malos, no importa que nos subamos a un ascensor lleno de gente. Si tenemos que estornudar, estornudamos. Es más, los que están al lado nuestro, seguramente ni siquiera se molestarán porque es algo normal entre nosotros. Sin embargo, en Japón hay otro motivo de peso por el que llevar mascarilla que aquí no existe: las alergias al polen, lo que se conoce en Japón como kafunshou. La alergia al polen comenzó después de la Segunda Guerra Mundial, por un cedro japonés llamado sugi. Lo cierto es que los japoneses desarrollaron una fuerte alergia a ese polen y cuando llega la primavera es recomendable enfundarse con una mascarilla para evitar los brotes asesinos de estos árboles.

Los japoneses son extremadamente ordenados. Les encanta hacer colas y especialmente respetarlas. No es raro que andando por la calle o en el metro te detengas y la persona que va detrás de ti se quede esperando a que avances. Les cuesta mucho esquivar obstáculos. Y qué decir de los andenes de las estaciones, llenos de flechas y líneas de colores, indicando dónde te debes colocar si vas a acceder al tren que está a punto de llegar. Una pasada. Vamos, casi como en España, donde hacemos tantas colas como personas hay en el andén.
  

Y qué decir de la educación de los niños y el respeto que tienen hacia sus profesores y hacia las personas mayores que, en la mayoría de los lugares turísticos en los que nos los hemos encontrado, hacían las veces de guías de estos grupos escolares. Casi ni te enterabas de que allí al lado había unas decenas de pequeños japoneses, si no fuera por sus gorras de colores y sus mochilas tan características.
  
 

  


MÁQUINAS EXPENDEDORAS
Y ya que las hemos mencionado, vamos a dedicar un capítulo a las máquinas expendedoras. En los trenes, en el metro, en la calle o en los parques… en Japón hay una cantidad inmensa de máquinas de vending. Están por todos lados y te venden casi cualquier cosa: bebidas, comida, tabaco, etc. Sin duda Japón es el país de las máquinas expendedoras. Otra cosa curiosa es que el precio de los artículos siempre es el mismo, independientemente de su localización. Y además suelen tener precios bastante asequibles. Una botella de agua de 660 (rara medida, vedad?), por ejemplo, cuesta unos 120 yenes, aproximadamente 0,90€.
  
   


JAPÓN NO ES TAN CARO
Nuestra opinión sobre el mito de que ‘Japón es un destino caro’. Todo el mundo nos había advertido de que Japón es un país muy caro en todos los aspectos. Japón es un país lleno de oportunidades, de posibilidades, y entre esas posibilidades se encuentra el modo de vida que quieras/puedas permitirte llevar. Al final, como decimos nosotros, siempre depende del ‘morro fino’ que tenga cada persona.Y es que podríamos argumentar que, por ejemplo, una ciudad como León es cara si alguien opta por alojarse en el Hostal de San Marcos e ir a cenar a Cocinandos todas las noches ¿no creéis?
Por poneros varios ejemplos. El vuelo nos ha salido por 526€. La noche del hotel de Kyoto por menos de 60€ (en Japón, hotel barato no significa falto de comodidades e higiene, aunque la habitación sí que puede resultar algo pequeña). El apartamento de Tokyo por unos 600€. Una bandeja de sushi de primera calidad por menos de 2€. Puedes encontrar un puesto de ramen o takoyaki donde comer por 4 o 5 euros más bebidas. ¿Qué opináis vosotros?
Sí que hay ciertos productos y servicios que son prohibitivos. Y aquí habría que destacar principalmente 3 cosas: el transporte, la fruta y el alcohol. Por el precio de un kilo de manzanas en España puedes comprar solo dos manzanas en Japón. Y ¿por qué es tan cara la fruta? El 90% de la fruta es de importación (Filipinas y Ecuador principalmente), el clima no ayuda ya que el verano dura tan solo 3 meses y además, Japón tampoco cuenta con territorio suficiente para cultivar, ya que los enormes espacios se dedican a cultivar arroz (que aquí te lo regalan). Es lo que más hemos echado de menos, y tan solo hemos comprado algún plátano, que es más barato... En cuanto al alcohol, una simple lata de cerveza cuesta más de 2€ en un supermercado. Por último, el transporte en tren es muy caro. Pero por eso existen los pases para los turistas, que debes comprar antes de viajar, y que puedes usar, como hemos hecho nosotros, sin límites durante 7 días. Por el precio de este pase, un japonés solo podría viajar de Tokyo a Kyoto!


TRANSPORTE
Es muy, muy, muy bueno. Puntual, rápido, con multitud de combinaciones y mucha información. En ciudad nos encontramos con un eficaz y muy sencillo mecanismo de pago tanto en autobuses como en trenes. ¿Qué os podemos contar de los Shinkansen o trenes bala? A lo largo de nuestra aventura hemos tenido la fortuna de subirnos a unos cuantos, de viajar a más de 260 km/hora, de manera cómoda tranquila y relajada. Puntualidad absoluta, limpieza exquisita. Un gustazo, vamos.
 

 


Nos ha llamado mucho la atención el gran uso que se hace de la bicicleta por todo el país. Una de las primeras cosas a destacar es que pueden circular por las aceras, de hecho, hay una perfecta convivencia bici – peatón, a la que nos costó un poco adaptarnos al principio, con algún susto que otro.
 

 

 

 

 

Esperábamos encontrarnos con unos cochazos de súper lujo, y nada más lejos de la realidad. El rey de las carreteras se llama 'kei car'. Hay infinidad de ellos. Son unos coches muy pequeños, no disponibles en el extranjero, que reúnen en 3,5 metros todo lo que un vehículo necesita con el fin de optimizar al máximo el espacio. Cuestionables pueden ser sus diseños, pero no su practicidad. Por dentro el espacio es aprovechado hasta las últimas consecuencias y se prestan a ser configurados a la carta. Son la movilidad adaptada al espacio y la contaminación. Parecen clones entre ellos. aunque los encuentras en las gamas de Daihatsu, Honda, Nissan, Suzuki, Toyota...
 

 


Un kei car puede ser un turismo, un automóvil todoterreno o una furgoneta. Son por y para Japón. En gran medida, son fruto de la legislación. Un kei car es una categoría fiscal de automóviles, que tiene reducciones en impuestos y seguros.  Cuentan que esta idea se originó tras la Segunda Guerra Mundial, cuando la mayoría de los japoneses no podían adquirir un automóvil, pero tenían presupuesto para una motocicleta. El kei car fue creado para promover el crecimiento de la industria automovilística, para fomentar la utilización de vehículos pequeños y económicos
Lo que sí que hay es una mayoría de coches eléctricos o híbridos. De hecho hace poco leíamos que en Japón ya hay más ‘electrolineras’ que gasolineras (hay 40.000 estaciones de carga, incluyendo las que están en domicilios particulares, por las 34.000 gasolineras repartidas por el país)


ALOJAMIENTO
Desde un ryokan con tatami y onsen, pasando por hoteles de todo tipo y el apartamento de lujo de Tokyo (https://www.youtube.com/watch?v=XNrdRWZ4woo). El alojamiento en Japón es muy diverso, y no, no es muy caro.  Hemos disfrutado de un poco de todo. Destacar el Ryokan, el típico alojamiento japonés. Un suelo de tatami (hecho de paja que por cierto, huele a rayos hasta que te acostumbras…) sobre el que echan un futón que, dependiendo del grosor del mismo, en esa misma proporción irá tu dolor de espalda a la mañana siguiente !!!: Tienen además una zona donde poder comer, con una mesa y unos asientos bajitos tipo. Está prohibido pisar el tatami y hay que descalzarse al entrar. Para acceder al baño o la terraza tienes siempre a mano unas horrorosas zapatillas… Es toda una experiencia que se debe probar.
 

 

 


COMBINIS
Hoy en día, sería difícil imaginar la vida en Japón sin las tiendas de conveniencia. Los 'combini' son pequeños supermercados o tiendas de ultramarinos que, generalmente, abren las 24 horas y los siete días de la semana. Surgidos en los años '80 por influencia estadounidense, hoy en día alrededor de 50.000 establecimientos de este tipo se dispersan por el archipiélago nipón convirtiéndose en un comercio indispensable para sus ciudadanos y que nos han hecho la vida más fácil en nuestro viaje, de eso no hay duda. Hemos probado varias como Family Mart, 7 Eleven, Lawson y alguno otro, pero lo mejor de todo es que te encuentras con uno cada pocos metros.
En estas tiendas puedes comprar de todo, aunque destaca la venta de alimentación, generalmente platos preparados que, si quieres, te los calientan en el mismo establecimiento, y también aperitivos, dulces y bebidas. Pero, además, se pueden encontrar ropa interior, camisas, servicio de revelado de fotos, oficina de correos, venta de entradas de espectáculos, tabaco, prensa, fotocopias, regalos, alcohol...
 

 
Al igual que en los delis de Londres, aquí también nos aprovechamos de los importantes descuentos que ponían en los productos frescos, horas antes del cierre. Lo difícil era saber si la pegatina quería indicar un 30, un 40 o un 50% de descuento, ya que todo estaba en perfecto japonés !!! Forman una parte esencial de la vida diaria de Japón y es imprescindible visitarlas durante un viaje.


GASTRONOMÍA
La comida nos ha resultado alucinante, diversa, deliciosa: un gran abanico de sabores y texturas. En este viaje nos hemos dado cuenta de que Japón es mucho más que el estereotipo que solemos tener (de que solo se come sushi), con una gastronomía de las más ricas del mundo.
No podemos negarlo: nos hemos puesto las botas. Hemos aprovechado a comer mucho sushi. Daba igual dónde lo compraras, ya que siempre era de calidad. Además, la carne de Hida (prima-hermana de la famosa carne de Kobe) nos trasladó a otra dimensión. Izakayas donde hemos disfrutado de una sopa, unos fideos, arroz, sopa de miso, tempura, sashimi… Puestos en la calle o en un mercado donde hemos probado pinchos de carne y pescado, para chuparse los dedos, todo con un sabor tan característico a soja dulce.
 

 

 

 

 

 

 

 
Y qué decir de los dulces. Es una pasada la devoción que tiene esta gente por los dulces. Las calles de Japón están plagadas de pastelerías, cafeterías y pequeños establecimientos que imitan a la tradicional “Patisserie parisienne“. ¿Pero qué es esta obsesión por el dulce?  Los japoneses son ávidos consumidores de dulces y es que su metabolismo (deducimos) les permite comer este tipo de productos sin apenas engordar… que envidia. No lo sabíamos, pero muchos de los japoneses compran o piden dulces no solo para su propio consumo sino para regalar. Los regalos no sólo se hacen en ocasiones especiales, forman parte de una tradición de reciprocidad para mostrar agradecimiento que contribuye a construir relaciones y mostrar cortesía. Es muy raro que alguien visite a su amigo con las manos vacías, la cultura del regalo está muy arraigada.


VARIOS  
Una cosa muy divertida y que ya echamos de menos son los baños. Los inodoros más modernos deberían adjuntar un manual de instrucciones. Tapas que se levantan solas, diversos chorros para limpiarse, secado automático… se han convertido en un estándar.
 

 

Por degeneración profesional, uno se fija en los cables en las calles de Japón. Y es que una de las particularidades de sus calles es la cantidad de cables que hay colgando en los postes al aire libre. En países como España, la mayoría de los cables en las ciudades se encuentran enterrados bajo las calles o en algunos casos adosados a las paredes de los edificios. En Japón, todos los cables suelen estar colocados en postes de la calle. Por lo que nos cuentan, esto es así para permitir una rápida reconstrucción y reparación de las comunicaciones en caso de que ocurra un terremoto muy fuerte.
 


LA DIVERSIDAD
Por último, nos gustaría destacar la diversidad del país. Japón, país de contrastes, donde lo último de Occidente se funde con lo más tradicional de Oriente. Ciudades que nunca duermen, con inmensos rascacielos y que a su vez circundan templos y jardines centenarios llenos de historia.
 

 

 

 

 

 

 

 
Pueblos rurales, donde parecen que se ha parado el tiempo. Templos de oro, santuarios donde se respira su serenidad con jardines de una delicadeza absoluta. Un país con una sociedad muy diferente de la nuestra, con unas formas de organización y un estilo de vida tanto o más interesantes que sus monumentos. El espíritu japonés es fuerte, afable e increíblemente acogedor. Fuera clichés, Japón integra ética y estética de valores profundos, proyectados en todos los ámbitos de la existencia. Japón es un mundo aparte, una suerte de Galápagos cultural en donde floreció una civilización única que hoy conserva un delicioso contraste entre lo físico de la modernidad y lo místico de la tradición.

Y con esto damos por concluido nuestra bitácora de viaje. Por si teníais alguna duda, ya estamos planeando nuestra siguiente escapada, la de Diciembre, que nos llevará a orillas del Danubio a visitar la que dicen es una de las más bellas ciudades de Europa. Os informaremos adecuadamente.
Gracias por estar ahí.