Nikko es una pequeña población a 570 metros de altitud, rodeada de montañas y con un caudaloso río que lo cruza. El aspecto hace a antiguo, tiendas envejecidas de artesanía se mezclan con otras de souvenirs y de alimentación.
Tras dejar atrás la estación, la más antigua del país, 20 minutos cuesta arriba café y dulce en mano (que aunque hayamos salidos desayunados del apartamento, el día estaba fresquito y algo caliente siempre se agradece), camino de la zona de templos, principal objetivo de esta visita.
Justo en la intersección, uno de los puentes mas fotografiados y mas bonitos que hemos visto, el Shinkyo, donde según la leyenda empezó la historia de esta ciudad.
Nikko tiene un conjunto monumental impresionante, donde destacan 3 templos de entre todos. El primero que hemos querido visitar es el Rinno-ji que, lamentablemente estaba en obras, que durarán hasta el 2020. Es una pasada ver lo que han montado para su completa restauración.
No obstante, hemos querido visitarlo ya que una de las cosas destacables son los 3 Budas de madera, que alcanzan una altura de unos 8 metros. Solo hemos podido ver 2 de los 3, pero a una distancia tan cercana que nos permitía distinguir todos los detalles. Algo es algo, no? El resto de la visita te permite ver, además de otras deidades y mantras, las obras de restauración de la totalidad del santuario.
La lluvia amenazante, ha hecho acto de presencia, así que chubasquero encima, paraguas en mano y a seguir, que unas gotas de nada no van a hacer que nos quedemos parados.
Siguiente parada, la joya de la corona de Nikko, y seguramente de todo nuestro viaje. Se trata del templo sintoísta de Toshogu. Aunque nuestros conocimientos de historia japonesa no son muy excelsos, cabe comentar que Nikko fue una población donde el clan Shogun Tokugawa estuvo mandando durante generaciones. Este hecho hizo que varios templos estuvieran dedicados a la memoria de abuelos y padres de este clan, siendo no solo templos sino mausoleos al mismo tiempo. El shogunato es algo así como el poder militar frente al poder del emperador. Soltamos este rollo porque las diferencias entre este templo y cualquier otro que hayamos visto antes en Kyoto o Nara salta a la vista. Destacan por su colorido, su madera policromada, el uso del dragón como símbolo así como de otros muchos animales, referencias a los samurais, etc.
Algunos ejemplos destacados, son por ejemplo estos 3 monos sabios (no oye, no habla, no ve) en el friso de lo que eran unos establos.
Hasta 3 patios se iban apareciendo a nuestro paso, mostrando edificios cada vez más imponentes. La torre de la campana, la del agua, las puertas con sus guerreros Nion custodiando la entrada...
La parte más destacada es el salón interior, donde nos han bendecido (o algo parecido). No permitían sacar fotos, lo sentimos.
Lo dicho, un templo muy grande, con numerosos detalles para ver, y donde se nos ha pasado buena parte de la mañana.
Taiyuin, el siguiente templo, era muy similar a este, pero de dimensiones mas reducidas. Su belleza era también inigualable. Era el mausoleo del nieto que hizo que construyeran el otro para su abuelo. Vamos, que todo queda en familia.
Pues justo al lado unas filas, no de jizos sino de los personajes que se encargan de que las plegarias de los jizos se cumplan, con sus baberos rojos, cada uno de una forma y tamaño. La verdad es que el entorno era muy bonito.
Ya de vuelta en Tokyo, nos hemos dirigido directamente al apartamento. Estamos encantados con la elección del mismo. Ya no solo por su ubicación, sino por los detalles del sitio. Como la noche era agradable, nos hemos subido la cena a la azotea, donde ya comentamos han habilitado una especie de lounge. Las vistas que se tiene de todo el skyline de la ciudad con la Tokyo Tower que casi la puedes tocar, son espectaculares (las fotos con nuestra cámara no tanto, sorry!)
Los monos del watsapp!!!!! :-D
ResponderEliminarQue bien se os ve, parejita! Por aqui nos morimos de ganas de leer la siguiente entrada...vuestro blog de las vacaciones engancha màs que juego de tronos.
Hola Chicos, espectacular sitio, parece super bien conservado. Lastima de día ,aunque s los norteños estamos acostumbrados a la lluvia. Esa terracita es un puro lujo.
ResponderEliminarUn besito