El desayuno japo-occidental nos ha dado las fuerzas suficientes para aguantar el calor bochornoso y la caminata que nos hemos pegado. Kyoto tiene más de 1600 templos budistas y casi 400 sintoístas, las religiones que se practican en Japón. Por aquello de que el sintoísmo se basa en las creencias de la naturaleza, en la energía y en la vida se dice que los japoneses nacen sintoístas y mueren budistas. A veces cuesta distinguir si un templo es de una u otra religión, ya que te puedes encontrar hasta algunos que entremezclan símbolos de ambos (creemos que lo hacen para confundir a los de fuera)
La primera visita ha sido el Sanjusangen-Do y sus 1001 estatuas Kannon armadas, todas ellas de madera de ciprés japonés y que se encuentran bajo un enorme edificio de madera. Una lástima que el paso del tiempo haya borrado la policromía que las cubría. Aún así, la imagen era espectacular. Dicen que guardan cierta semejanza con los guerreros de Xion. No seremos nosotros quienes lo neguemos. Podéis juzgar vosotros mismos.
Siguiente parada, uno de los finalistas de las nuevas 7 maravillas del mundo, que lamentablemente se quedó fuera. Se trata del complejo del templo del agua pura o Kyomizu-Dera. A tope de gente, pero que al tratarse en su inmensa mayoría autóctonos, no hacían que la visita fuera molesta por el ruido (si hubieran sido 'colegas' nuestros hubiera sido bien distinto... Una puerta de entrada impresionante como preludio de una pagoda de 3 pisos, la torre del reloj, el hondo o pabellón principal, la fuente de los 3 chorros donde Roberto ha buscado larga vida, etc.
Desde aquí hemos descendido por unas calles repletas de gente, donde lo más bonito son sus casas típicas de madera, ahora utilizadas como tiendas, restaurantes, casas de té, etc.
Se supone que es en esta zona donde, si se tiene suerte, se puede ver alguna geisha o maiko. Hemos visto muchos japoneses vestidos con los típicos trajes, y aun no sabemos por qué, sin embargo geishas hemos visto tan solo una.
Chino-in nos ha encantado. Su puerta principal de dos plantas, nos entregaba un espacio tranquilo y repleto de pequeñas joyas. La campana mas grande de Japón con 76 toneladas, el pabellón principal con imagen de Buda, religión que se profesa en este templo, casa de la escuela Jodo, una de las que mas seguidores tiene en Japón, y algún otro edificio menor...
Impresionante la puerta o torii que hace de antesala de todo templo sintoísta. La mas grande de todo el país con sus 34 m. de altura. No hemos querido entrar, ya que preferíamos asegurarnos la entrada a uno de los más visitados de la ciudad, no fuera a ser que nos cerraran y nos quedáramos sin verlo.
Así que, caminando entre calles de casas bajas, donde la gente hacia su vida normal, hemos accedido al Templo del Pabellón de plata o Ginkaku-Ji. El pabellón en sí ni se puede visitar ni está recubierto de plata. Sin embargo, sus jardines zen con arena blanca representando el mar y el monte Fuji, han hecho de este momento, una de las instantáneas del viaje, os lo aseguramos. El entorno era tan acogedor, que te invitaba a la meditación (tranquilos, que solo lo hemos utilizado para descansar un rato. No hemos ido más allá)
Si hubiéramos seguido la planificación prevista, hoy hubiéramos visitados unos 8 templos. Sin embargo, parece que la cordura empieza a apoderarse del que todos conocéis y hemos optado por reducir la cantidad a la mitad. Difícil elección, porque seguro que cada uno de ellos tiene algo bonito, algo por lo que merece la pena acercarse, pero es mejor decantarse por los más destacables. Así que con este último, hemos dado fin a las visitas religiosas y, a través del Paseo del Filósofo, hemos descendido hasta la zona del río, el Kyoto central.
De nuevo entre calles estrechas, con las típicas casas de madera, hemos pasado por las áreas de Gion y Pontocho. Muy animadas ambas, quizás por ser sábado. En cualquier caso, sin llegar a agobiarnos. Muy bonita la zona del río, sobre todo la trasera del famoso callejón Pontocho donde las terrazas de los restaurantes se abren al río por completo. El propio callejón, con no màs de 400 metros, está lleno de casas de té y restaurantes. Jóvenes japoneses sin hacer botellón. Gente descansando sobre la hierba con el frescor del agua...
El cansancio empezaba a hacer mella en nosotros, por lo que hemos decidido que ya iba siendo hora de parar, cenar algo e ir a dormir. Roberto tenía un apunte de un sitio en la estación de tren, en los pisos superiores (ayer ya os decíamos que esto es mas que una estación de tren. Aquí se agolpan un hotel de lujo y dos centros comerciales) donde ponen unas hamburguesas con carne de Kobe buenísimas....y os podemos garantizar que, en efecto, estaban muy buenas, con ese punto nipón con su salsa de soja dulce en vez del ketchup.
Estupenda manera de dar por cerrada la jornada. Mañana, segundo día en Kyoto.
Roberto..te tienes que probar uno de esos kimonos.. :) y sacar foto claro
ResponderEliminarRoberto..te tienes que probar uno de esos kimonos.. :) y sacar foto claro
ResponderEliminarHola Chicos, tiene una pinta estupenda. Muy buena la decisión de tomárselo con calma, ya que no habeis hecho más que empezar.Os seguimos con muuucha envidia.
ResponderEliminarUn besito, también de Miguel..
K ganitas tenia ya de k empezaran vuestras vacaciones...
ResponderEliminarDespues de visitar lugares tan concurridos no hubiera estado mal meditar o algo de yoga en los jardines. El entorno parece de lo mas oportuno...
Las estatuas Kannon me recuerdan a los insurgentes contra madre de dragones!!!!!
ResponderEliminarLas estatuas Kannon me recuerdan a los insurgentes contra madre de dragones!!!!!
ResponderEliminarLas estatuas Kannon me recuerdan a los insurgentes contra madre de dragones!!!!!
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